Aumento de acidez en océanos provocaría la extinción de la vida marina
Científicos advierten que la humanidad se está arriesgando a una posible extinción de la vida en los océanos, ya que están absorbiendo enormes cantidades de dióxido de carbono (CO2) emitido por la quema de petróleo, carbón y gas, lo que les está haciendo cada vez más ácidos.
Refieren incluso que algo similar ocurrió hace millones de años, cuando debido a un volcanismo intenso y al impacto de asteroide, los mares se acidificaron por emisiones de CO2 y fueron aniquiladas tres cuartos de las especies acuáticas, según la evidencia fósil.
En un artículo publicado en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), un equipo internacional de investigadores da la voz de alerta, aunque aclara que sin evidencia empírica de los efectos ambientales de esa época “es difícil entender por qué la recuperación de la biodiversidad y el ciclo del carbono en los océanos fue tan lenta después de un evento de extinción”.
Explican que cuando los mares absorben CO2 se producen reacciones químicas que alteran el nivel pH (que mide la acidez o alcalinidad de una sustancia), como las condiciones de saturación de minerales de carbonato de calcio biológicamente esenciales y la concentración de iones de carbonato, las cuales aumentan la acidificación del agua.
Los científicos muestran (usando isótopos de boro y modelos del sistema de la Tierra) que en particular el impacto del asteroide causó la rápida acidificación de los océanos y que el colapso ecológico resultante tuvo efectos duraderos para el ciclo global del carbono y el clima.
“Nuestros datos sugieren que el impacto, no el vulcanismo, fue clave para impulsar la extinción masiva del Cretácico final”, apuntan en el artículo que da cuenta del hallazgo.
El estudio revela que desde el inicio de la Revolución Industrial, en la segunda mitad del siglo XVIII, el nivel de pH de las aguas oceánicas superficiales se han reducido en 0.1 unidades y los pronósticos futuros indican los mares continuarán absorbiendo CO2, lo que resultará en una cada vez mayor acidez y, quizá, en una extinción masiva.