Trump el magnate del sector inmobiliario que llega a la Casa Blanca
El multimillonario Donald Trump se alzó como virtual presidente electo de Estados Unidos, después de vencer a 16 políticos profesionales, superar el rechazo del liderazgo republicano, confrontar a los medios y humillar a inmigrantes, veteranos y mujeres.
Donald J. Trump, magnate de los hoteles de lujo y los campos de golf y ex estrella de un “reality show”, cimbró al sistema político y puso al descubierto la brecha económica y cultural que separa a los estadunidenses al ganar este miércoles las elecciones presidenciales.
Idolatrado por un electorado anglo carente de educación formal y tildado de un “peligro” para Estados Unidos y para el mundo por la otra mitad del país, el septuagenario le arrebató el triunfo a la aspirante demócrata Hillary Clinton.
“Yo puedo arreglarlo solo”, proclamó Trump en su coronación oficial en la Convención Nacional Republicana de Cleveland, a la que convirtió en islote de hombres blancos y mujeres rubias, entre un océano demográfico cada vez más diverso racial y étnicamente.
Aunque su egocentrismo le atrajo las críticas de los demócratas, el triunfo puede catalogarse como una batalla unipersonal que libró con una parte de su propio dinero, frente a la formidable maquinaria demócrata y contra todos los pronósticos.
Mientras Trump operó en solitario, Clinton contó con el apoyo económico y logístico de los millonarios de Wall Street, de Hollywood, de los poderosos sindicatos encabezados por la AFL-CIO, de Barack Obama, Michelle Obama, Bernie Sanders, Tim Kaine y más.
Trump, quien nació el 14 de julio de 1946 en Nueva York, hizo su fortuna en el sector inmobiliario que forjó desde los años 80 al convertirlo en un imperio empresarial orientado a la construcción de casinos, hoteles y viviendas de lujo que supo mantener pese a las dificultades financieras.
El republicano cobró con ello un considerable prestigio y popularidad como encarnación del “self-made man” norteamericano, a pesar de su carácter ególatra y sus dudosos escrúpulos.
De ideología extremadamente conservadora, su constante presencia en la televisión y sus declaraciones fuera de tono lo convirtieron, a partir de 2005, en uno de los personajes más polémicos del país.
Donald Trump contrajo matrimonio en 1978 con la deportista de origen checo Ivana Winkelmayr, a la que había conocido dos años antes durante los Juegos Olímpicos de Montreal, en las pruebas de patinaje artístico en que participaba Ivana.
A comienzos de 1990, Ivana Trump presentó la demanda de divorcio de su marido, iniciando una de las separaciones más caras de Estados Unidos.
En 1993 contrajo matrimonio con la actriz Marla Maples, de la que se divorciaría en 1999; su tercera y actual esposa es la modelo eslovena Melania Knauss, con la que se casó en 2005.
A partir de ese mismo año protagonizó el reality show El aprendiz, en el que un grupo de aspirantes compiten por un contrato para dirigir alguna de sus empresas.
Tal exposición pública incrementó su popularidad, pero también dio a conocer su personalidad un tanto primaria y su carácter egocéntrico y estridente. También adquirió la franquicia de Miss Universo.
Ha sido acusado de sexista, y tiene varias acusaciones de abuso sexual, que el mismo se evidenció en una reciente grabación.
Aunque tuvo el beneficio de confrontar en la recta final de las elecciones a una de las candidatas presidenciales demócratas más impopulares de la historia moderna, su capacidad de movilizar a millones de votantes blancos tiene raíces más profundas.
Ciertamente la plataforma de ideas de Trump confirma su estrategia de cortejar casi en exclusiva e ese voto anglo, con la expectativa de que un número sin precedentes de electores blancos compense su impopularidad histórica con latinos y afroamericanos.
Con su ataque inicial contra los inmigrantes mexicanos, su propuesta de alzar un muro en la frontera y crear una fuerza de deportación, Trump dio voz así a quienes perciben a los inmigrantes no europeos como una amenaza a su identidad cultural y seguridad económica.