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Liberación de reservas de carbono causaría impacto en medio ambiente

Tras advertir del “colosal” impacto negativo para el medio ambiente y los seres humanos que supondría la liberación de las enormes reservas de carbono atrapadas en los suelos de la Tierra, el presidente de Fiji, Jioji Konousi Konrote, pidió hoy aquí una gestión más adecuada de este importante recurso natural.

Actualmente existe más carbono almacenado en el primer metro de profundidad de los suelos de la Tierra del que puede encontrarse en la atmósfera y en toda la vida vegetal terrestre -incluidos los bosques- en su conjunto, dijo al intervenir en el Simposio Internacional sobre el Carbono Orgánico del Suelo (del 21 al 23 de marzo).

“Si no logramos mantener nuestros suelos como almacén de carbono, temo que estas discusiones y negociaciones habrán sido vano”, advirtió referirse a los  compromisos internacionales para limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados Celsius, en virtud del Acuerdo de París sobre el clima de 2015.

Fiji y otros pequeños estados insulares en desarrollo están en primera línea en la batalla contra el cambio climático.

El gobierno de Fiji está a punto de asumir la presidencia de la próxima Conferencia de las Partes del Acuerdo sobre el cambio climático de la ONU que tendrá lugar en Bonn, Alemania, en noviembre próximo.

En su alocución, el director general de la FAO, José Graziano da Silva, destacó por su parte que más allá de su papel crítico como sumidero de carbono, los suelos sanos sustentan múltiples procesos ambientales de los que depende la humanidad y que son la base de la seguridad alimentaria mundial.

“Los suelos con alto contenido de carbono orgánico tienden a ser más fértiles y productivos, más capaces de purificar el agua, y ayudar a aumentar la resiliencia de los medios de subsistencia a los impactos del cambio climático”, explicó.

Esto significa que mejorar la salud de los suelos del planeta y aumentar su contenido de carbono orgánico es fundamental para alcanzar varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en la Agenda 2030 de la ONU, en especial el segundo objetivo de erradicar el hambre y la malnutrición.

Un informe de la FAO presentado en el simposio resaltó que el carbono es capturado bajo tierra tras haber sido “fijado” de la atmósfera a través de las plantas o los residuos orgánicos, y posteriormente incorporado a los suelos a través de procesos en gran medida naturales.

El carbono del suelo consta de elementos vivos y muertos, y puede incluir tanto rastrojos como materiales descompuestos hace milenios y esto supone una enorme reserva, según el informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Advirtió, sin embargo, que cuando el suelo se ve perturbado o degradado, el carbono atrapado y otros gases de efecto invernadero fruto de la descomposición, se liberan nuevamente a la atmósfera.

Ello significa que la reserva de carbono del suelo de la Tierra podría liberar enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera, o capturar mayores volúmenes, dependiendo de las decisiones de gestión que tomemos en el futuro, sostiene el estudio.

Según la FAO, un tercio de los suelos del planeta ya están degradados, provocando una merma significativa de las reservas mundiales de carbono orgánico del suelo y liberando hasta 100 gigatoneladas (Gt) a la atmósfera.

Un daño adicional a las reservas de carbono del suelo, derivado de una gestión deficiente de los suelos, dificultará los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura global y evitar mayores inundaciones, sequías y otras consecuencias del cambio climático, advierten los expertos.

Mientras tanto, el aumento de las temperaturas y la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos provocará pérdidas adicionales de carbono orgánico del suelo, haciendo que mejorar la gestión resulte más urgente.

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