Comercio México-España creció 50 veces desde reanudación de relaciones
Las relaciones económicas entre México y España destacan por un aumento de su flujo comercial que ha crecido más de 50 veces desde que en 1977 se restablecieron los vínculos diplomáticos entre ambas naciones.
En 1977 los gobiernos del mexicano José López Portillo y el español Adolfo Suárez decidieron restablecer las relaciones diplomáticas, en un momento en que el comercio bilateral ascendía a unos 140 millones de dólares.
En 2016, el flujo comercial alcanzó los siete mil 736 millones de dólares, según la Secretaría de Economía de México que sitúa a España como su noveno socio comercial y el segundo entre los países de la Unión Europea (UE).
El 28 de marzo se cumplirá el 40 aniversario del reinicio de las relaciones entre ambos países, que quedaron 38 años sin lazos diplomáticos debido a la dictadura militar de Francisco Franco (1939-1975) que limitó los intercambios económicos.
El comercio en 1977 se componía de exportaciones tradicionales, siendo algunas de las mexicanas garbanzo, piña, cera, flor de cempasúchil, objetos de virio, plata y cobre, entre otros, y destacaban los productos alimenticios españoles que enviaban a México.
Con el restablecimiento de los vínculos diplomáticos, la exportación de petróleo mexicano y sus derivados ocupan más de 80 por ciento del comercio con España, con lo que por algunos periodos la balanza comercial se ha inclinado a favor de México.
España comenzó en los años 80 a exportar a México productos semimanufacturados para la industria química, bienes de equipo y componentes automotrices, entre otros.
En 2015 y 2016 las exportaciones de petróleo mexicano a España representaron en torno a 60 por ciento del flujo comercial, que se compuso también de aparatos y maquinaria mecánica, componentes eléctricos, ópticos y otros.
Las exportaciones españolas a México en los dos años recientes se integraron por material eléctrico, componentes de aeronaves, ropa, productos químicos, manufacturas plásticas, bebidas y otros.
En un reciente evento, la embajadora de México en España, Roberta Lajous, explicó que a pesar de este incremento aún hay mucho margen para el flujo comercial ya que las exportaciones de ambos países son tradicionales y solo incluyen una parte de su producción industrial.
La inversión entre ambos países se ha destacado a partir de finales de los 90, principalmente al coincidir en esa década con lo que se llamó “el desembarco” empresarial español a una gran parte de países de América Latina.
En su libro “Las relaciones entre España y México. 1821-2014” (Marcial Pons-Universidad Alcalá de Henares, 2016), los investigadores Agustín Sánchez Andrés y Pedro Pérez Herrero destacan que de 1977 a 1996 el flujo inversor “es modesto” en ambas vías.
La Secretaría de Economía de México registra una cifra total de 57 mil 120 millones de dólares entre 1999 y 2016, realizada por unas cinco mil 500 firmas españolas en los sectores financiero, de información, medios de comunicación, industria manufacturera y otros.
México se ubicó entre 2013 y 2015 como el sexto inversionista extranjero en España, con un monto aproximado de mil 200 millones de dólares en 2014 y casi mil millones de dólares en 2015, con presencia en distintos sectores de la economía española.
Desde el año 2000, la cifra de inversión mexicana realizada en España asciende a más de siete mil millones de dólares, de acuerdo con el Ministerio español de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Entre las empresas y empresarios mexicanos con presencia en España destacan los casos de Cemex, Grupo Modelo, IMSA, Grupo Zeta, DESC (autopartes), Televisa, Softek, Silanes (laboratorios farmacéuticos), ADO, Bimbo, Grupo Carso, Fibra Uno, Familia Del Valle, entre otros.
En su visita de Estado a España en 2014, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, analizó con el jefe del gobierno español Mariano Rajoy, la manera en que la relación económica se fortalezca también con mayor presencia de pequeñas y medianas empresas (Pymes).
En 2016, el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) firmó con el español Instituto de Crédito Oficial (ICO) un acuerdo para promover proyectos de interés común a través de Pymes.